El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible

miércoles, 22 de abril de 2009

Elliott Erwitt

Que mejor que el propio Erwitt a propósito de su optimismo visual:”Uno de los resultados más importantes que se pueden conseguir con la fotografía es hacer reír. Si además se alterna la risa con las lágrimas como ha hecho Chaplin, se logra la conquista más importante. Yo no apunto forzosamente tan alto, pero reconozco que se trata del objetivo supremo”

Y efectivamente lo consiguió. El humanismo fotográfico de Erwitt condensa un talento que tiene la capacidad de ofrecernos series enteras de fotos conmovedoras. La fotografía de una pareja de enamorados bailando en la cocina hecha en Valencia en los años 50 nos descubre que es posible el milagro en lo cotidiano. Sus fotos de perros y niños nos invitan a tratar de cambiar el punto de vista para redescubrir que la realidad puede ser en si misma jovial.


Pero su optimismo no esta exento de lucidez. Erwitt nos muestra el sufrimiento sin sangre y el dolor sin agonía. La fotografía de unos lavabos racista tomada en Estados Unidos en 1950 nos sigue recordando de una forma insuperablemente elocuente parte de la condición humana.





Elliott Erwitt asume la idea bressoniana de que fotografiar es poner en el mismo punto de mira la cabeza, el ojo y el corazón. Erwitt ha puesto mucho, mucho corazón lleno de risas y de lágrimas.

domingo, 19 de abril de 2009

Richard Avedon

Avedon si duda es el gran maestro. Alcanzó la perfección en todos los temas a los que apuntó su cámara. Avedon comprendió a la perfección el mecanismo expresivo de la fotografía, se lo apropió y lo reinventó ofreciéndonos un lenguaje visual personalísimo y reconocible que hace que su obra sea (perdón por la repetición) perfecta.

Como fotógrafo de moda Avedon supo transformar un género relativamente convencional en una forma absolutamente libre y personal de expresión en la que la elegancia y la fantasía van por caminos paralelos.

Los retratos probablemente son los mejores del siglo XX ( lo que equivale a decir de toda la historia de la fotografía). Avedon sabe reconocer y captar el “kairos” visual en el que lo interior sale al exterior. El ejemplo más claro es la foto de Marilyn con la mirada distraída (cansada de su propia belleza), en la que podemos adivinar algo de su drama interior.

Su visión del oeste americano en la que nos muestra a vaqueros, granjeros, prostitutas, es de una fuerza visual muy grande. Sobre un fondo blanco Avedon potencia el significado que guarda la realidad misma . Sus personajes mirando directamente a la cámara son expresivos por sí mismos. Parece que su alma no es otra cosa que su mirada, sus posturas, sus gestos y su ropa.


viernes, 10 de abril de 2009

Diane Arbus



El mal existe y Arbus es su fotógrafa. Tratemos de entender por “mal” no tanto un concepto moral, sino una posibilidad metafísica, una poética basada en la disonancia. “Quiero fotografiar lo que es maligno”: este es el principio de un canon estético alternativo que gira entorno a lo monstruoso. Así la fotografía posibilita que lo feo se convierta en objeto de contemplación.

La fotografía de Arbus nos sitúa en el centro del interrogante que siempre plantea lo freak: rechazo y curiosidad, el sentimiento acentuado de una humanidad provocado precisamente por lo no humano. La cámara de Arbus mira directamente a los ojos del fotografiado buscando retratar lo disforme y la extrañeza con una franqueza expresiva que incomodó en su época, y sigue incomodando (puede que por el hecho de que su fotografía posibilita el voyeurismo sin temor entorno a lo monstruoso y eso, claro está, crea mala conciencia).




En su obra no podemos hablar en clave agustiniana de una ausencia de bien o de belleza. Esa belleza existe y nos atrae pero no podemos comprender por qué.

jueves, 9 de abril de 2009

Man Ray

Man Ray superó con su arte fotográfico una dificultad que parece obvia si relacionamos surrealismo y fotografía: un medio esencialmente realista y aparentemente plano como es la fotografía tiene que ser una puerta de entrada al universo onírico y desobjetivante del credo surrealista. Ray percibió claramente este problema hasta tal punto que en su rayogramas expresaba la necesidad de una fotografía sin cámara: son los objetos, la realidad misma los que tiene que ser revelados directamente sobre el papel fotográfico. El resultado es el descubrimiento de una capa de sentido en lo cotidiano en la que los objetos son y no son al mismo tiempo.



Ray también aplico este proceso de revelado de la realidad misma con la técnica de la solarización: la luz se convierte en un elemento ambiguo. Sigue siendo ese mensajero medieval de la verdad pero mediante una tonalidad invertida que en el caso de los desnudos sirve para acentuar cierto carácter laberíntico de la sexualidad.




Por último, Ray optó por el juego freudiano de la libre asociación: una espalda que parece un violonchelo nos advierte que las cosas son lo que parecen. El significado no queda parcelizado; participa en un juego de referencias constantes.


martes, 7 de abril de 2009

A.A




Las fotografías de Ansel Adams suponen una reflexión visual sobre el paisaje dentro de la más pura “tradición” de la modernidad estética. La técnica fotográfica –el sistema de zonas- lleva a que el fotógrafo no se sitúe pasivamente frente a su motivo. En las tres fases de producción de la foto, el disparo, el negativo y la copia, el fotógrafo interviene activamente como un maestro de la exposición que permite que, por fin, la fotografía de paisaje supere el paradigma mimético. Curiosamente el resultado es una transposición fotográfica de la estética romántica al más puro estilo Caspar David F. Así Adams asciende paso a paso por los estratos estéticos de la modernidad, reproduciendo la dicotomía moderna entre lo bello y lo sublime, lo pequeño y lo grande, lo tierno y lo apabullante, la sutil gradación de grises en la cara de una hoja frente a un majestuoso contraste en los riscos de Yosemite.


A pesar de las objeciones de Cartier Bresson - “El mundo se está destruyendo y todo lo que Adams y Weston fotografían es piedras y árboles”- la obra de Adams han supuesto una schilleriana educación de la sensibilidad que ha hecho del paisaje un pilar fundamental del imaginario cultural y emotivo de EE.UU: sus fotos sirvieron como desencadenante de una conciencia ciudadana sobre el valor del paisaje que llevó a la creación de la famosa red de parques nacionales de Estado Unidos.