El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible

jueves, 5 de noviembre de 2009

National Geographic


Pasamos de la elegante, comprometida y personalísima Magnum, a la colorida y “vulgar” National Geographic. Para muchos probablemente las fotos y los reportajes de National Geographic representan una estética sensacionalista auspiciada por la máxima “cuanto más color mejor”, “cuanto más espectacular mejor”. Así, en los reportajes de NG el mundo sigue siendo un parque temático poblado de leones hambrientos y culturas pintorescas que un lector inmaduro e infantil admira embobado pasando página tras página en la consulta del dentista. El aspecto poco vanguardista de National Geographic queda resumido en uno de los diálogos entre Clint Eastwood y Meryl Streep que aparecen en Los Puentes de Madison:

- Habla como un artista.
- Bueno, yo no diría eso. A National Geographic le gustan las fotos con un buen encuadre y que no tengan un toque muy personal.

Supongo que el gran pecado de National Geographic es el de ofrecernos fotos que son simplemente bellas y nada más. Una época saturada de poéticas no admite el discurso simple y amable de lo bonito. La inocencia estética es sustituida por el exceso de sofisticación y de verborrea académica. Y es que algunas de las fotos de National Geographic nos devuelve al deleite voluptuoso y puramente lúdico en el que la vista se recrea sin más, en el que el placer estético se acerca al goce físico. La belleza no debe resultar sospechosa cuando es fácilmente accesible.










2 comentarios:

  1. Excelente post. Lo que tenemos que hacer es dejar de 'aprender a ver' y simplemente mirar las cosas...., disfrutar de ellas, con ellas....

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  2. Hola David.

    Muchas gracias por el comentario,( yo creía que esto no lo leía nadie).

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