El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible

lunes, 26 de enero de 2009

Al volver de la caverna:




Platón cuenta en la Républica como el prisionero libre de sus cadenas abandona su régimen de sombras y conoce la verdadera realidad. Sabemos que es un viaje de ida y vuelta, de compromiso: el hombre libre que vuelve a la oscuridad nos tendrá que contar una historia de lo que ha visto. ¿Cómo lo hará? ¿Tendrá que recurrir al tabú de las imágenes para poder hablarnos de lo que ha visto? ¿Dibujara en el arenoso suelo de la caverna formas imprecisas no muy diferentes de las que sus compañeros contemplan en la pared? ¿Tendrá que recurrir de nuevo al mito?¿Como hablar de la verdad sin el arte de la aproximación? ¿Como renunciar a las imágenes?

La fotografía es en esencia antiplatónica. La camara fotográfica es una caverna platónica portable y en miniatura. El fotografo es un sofista empeñado en difundir el error en 35 mm. Utiliza una singular epistemología en la que lo particular -la perspectiva- tiene algo de la obcecación y la perseverancia del concepto.


Y la imagen comparte con el concepto la voluntad de decir la realidad, de nombrarla desde su propio lenguaje.




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