El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible

martes, 22 de diciembre de 2009

Edward Steichen.

En el empeño de que la fotografía se convirtiera en arte Steichen no contó con que sus imágenes provocaban una pregunta peculiar: “¿Pero son fotos?"





La textura del papel parecida a la del lienzo, la impresión de que sus fotos son dibujos al carbón, la creación de una atmósfera vaporosa en la que las líneas aparecen desdibujadas al más puro estilo impresionista, el hecho de que las copias aparezcan firmadas como si fueran pinturas lleva a desconfiar. Pero sí, son fotos.

Al reivindicar la fotografía como arte Steichen puso el acento en el carácter único e irrepetible que tiene toda obra de arte en un doble sentido: en primer lugar en su aspecto puramente numérico cada obra es un ejemplar único, y aquí la fotografía tiene que superar una dificultad relacionada con su propia esencia. Steichen lo consigue trabajando la copia de forma artesanal, añadiendo virados y veladuras para que se vea la huella de su creador de manera que cada foto es un acontecimiento. En segundo lugar, alejando a la fotografía de la mera reproducción pasiva de la realidad y convirtiéndola en un acontecimiento creador no de “imágenes de la realidad”, sino de “imágenes en la realidad”, es decir, nuevos sentidos paralelos y referidos al mundo pero que no son el mundo, un universo estético cerrado sobre sí mismo pero perfectamente comunicable.

Parezcan fotos o no, dejando de lado lo que ocurra entre bambalinas, cada una de sus imágenes son verdaderos ejemplos de estados de ánimo imprecisos pero lúcidos, insinuaciones visuales que despiertan en el espíritu toda la hueste de sentimientos que nos han proporcionado el Romanticismo y que hacen que las cosas sean bellas sin saber por qué.



¡¡Feliz Navidad Bloggeros!!!

domingo, 20 de diciembre de 2009

viernes, 18 de diciembre de 2009

"The Americans"

Retratar a un pueblo siempre genera desconfianza: el resultado puede ser un álbum demasiado familiar e incómodo que enseñar a las visitas. Robert Frank fue el encargado de confeccionar este álbum con su libro “The Americans”, un polémico espejo frente al rostro de la América de los años 50.

¿Qué define a un pueblo? R. Frank retrata a los americanos desde una cotidianidad sórdida que contrasta con la utopía del sueño americano. Su fotografía es la historia de un viaje y por lo tanto la búsqueda de cierto desarraigo desde el que realizar fotografías beat llenas de ironía y distanciamiento, algunas mal enfocada o mal encuadradas y no accidentalmente (Frank seleccionó cerca de 80 fotos de más de 20000) ya que para plasmar una realidad mediocre el fotógrafo tiene que realizar fotografías puras, exentas de cualquier formalismo que se agote en sí mismo.

Como dice el propio Frank: “La fotografía debe contener el humanismo del momento. Esta fotografía es realista. Pero el realismo no es suficiente, tiene que existir una visión, y estos dos elementos pueden hacer una buena fotografía”







lunes, 7 de diciembre de 2009

Annie Leibovitz


Annie Leibovitz es la fotógrafa más famosa del mundo. Sus fotos son un certificado de fama del retratado. Nadie se escapa a su cámara. Hasta Isabel II de Inglaterra tuvo que claudicar y ser retratada de forma impresionante por la misma fotógrafa que nos enseñó el embarazo de Demi Moore, el rostro azul de los Blues Brothers y el tan salmodiado desenfreno autodestructivo que practicaban los Rolling Stone entre bambalinas.





Annie Leibovitz son dos fotógrafas: por un lado, la fotógrafa de reportaje para la revista Rolling Stone armada con su cámara de 35 mm y deudora de Cartier Bresson y Robert Frank, al acecho del instante decisivo. Por otro, es la fotógrafa de las portadas, más cercana a Richard Avedon, en la que la fotografía adopta la aparatosidad técnica del cine, donde el segundo que captará la cámara es pacientemente esculpido para mostrar una imagen en la que el fotografiado es un universo propio cuyo alma no es tanto una facultad interna sino un estado de cosas que la rodea.




De todas la fotos de Annie Leibvowitz la más famosa es la que hizo a Yoko Ono y John Lennon horas antes de que este fuera asesinado. En ella el amor se resume es una imagen que manifiesta la esencia de este sentimiento tan manido: la redención de nuestra propia individualidad en la fusión con el otro.




Toda su obra esta llena de imaginación, de sentido del humor, de ingenio y ternura, de juego y de sensualidad, de esa extraña virtud que tienen los niños al mirar el mundo y que consiste en mejorar lo que vemos cuando lo observamos.