El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible

miércoles, 28 de julio de 2010

Jeanloup Sieff

La primera vez que vi una foto de Jeanloup Sieff sin conocerlo fue en un anuncio de ginebra de un suplemento dominical. La foto era su conocida "La casa negra, Nueva York. 1964". En esa foto el misterio (obviamente) es triple: a) el que crea el puentecillo de madera; b) el que sugiere los juncos suspendidos sobre la negrura; c) la silueta de la casa (que bien podría ser el domicilio de J. D. Salinger).


J Sieff conserva algo del eclecticismo del fotógrafo aficionado que forzosamente autodidácta se interesa por todas las categorías que su actividad le puede ofrecer: paisajes, retratos, desnudos, naturalezas muertas, reportaje, etc.



Sobre todo me llama la atención sus fotografías de paisajes . En ellas el gran angular comprime lo próximo y lo lejano para que la mirada recorra toda la foto simulando, tal vez, el paseo que nos gustaría dar por las subexpuestas praderas de Escocia, las húmedas y discretamente civilizadas costas de Normandía, o el suelo cuarteado del Valle de la Muerte en California
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