El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible

jueves, 9 de abril de 2009

Man Ray

Man Ray superó con su arte fotográfico una dificultad que parece obvia si relacionamos surrealismo y fotografía: un medio esencialmente realista y aparentemente plano como es la fotografía tiene que ser una puerta de entrada al universo onírico y desobjetivante del credo surrealista. Ray percibió claramente este problema hasta tal punto que en su rayogramas expresaba la necesidad de una fotografía sin cámara: son los objetos, la realidad misma los que tiene que ser revelados directamente sobre el papel fotográfico. El resultado es el descubrimiento de una capa de sentido en lo cotidiano en la que los objetos son y no son al mismo tiempo.



Ray también aplico este proceso de revelado de la realidad misma con la técnica de la solarización: la luz se convierte en un elemento ambiguo. Sigue siendo ese mensajero medieval de la verdad pero mediante una tonalidad invertida que en el caso de los desnudos sirve para acentuar cierto carácter laberíntico de la sexualidad.




Por último, Ray optó por el juego freudiano de la libre asociación: una espalda que parece un violonchelo nos advierte que las cosas son lo que parecen. El significado no queda parcelizado; participa en un juego de referencias constantes.


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