La fotografía de Edward Weston está planteada en clave aristotélica: todos los individuos están compuestos de materia y forma, y la labor del fotógrafo(-filósofo) es precisamente captar la forma. Para Weston la naturaleza es una suma de formas y texturas; sus desnudos conciben el cuerpo humano como una aglomeración accidental y armónica de formas. Con esta receta E.W. persigue el objetivo de casi todos los fotógrafos de la primera mitas del siglo XX: hacer de la fotografía un arte autónomo con un lenguaje estético propio.
Weston establece unas reglas del juego muy claras: la fotografía no es imitativa pero es realista, debe captar la realidad sin artificios teniendo en cuenta que el momento poiético surge de la elección del punto de vista. Así un retrete es un ser amable radiante de bondad que habita nuestros cuartos de baño, una caracola nos demuestra que la naturaleza es un reino aristocrático en el que todo es bello: pimientos, lechugas, coles, etc.
Weston establece unas reglas del juego muy claras: la fotografía no es imitativa pero es realista, debe captar la realidad sin artificios teniendo en cuenta que el momento poiético surge de la elección del punto de vista. Así un retrete es un ser amable radiante de bondad que habita nuestros cuartos de baño, una caracola nos demuestra que la naturaleza es un reino aristocrático en el que todo es bello: pimientos, lechugas, coles, etc.
Nosotros mismos somos formas entre las formas.
Indudablemente, por lo que comentas, el quehacer fotográfico de Weston presupone la ontología aristotélica; y parecen descubrise formas comunes a todas las formas que reflejan cada una de las fotografías. Aquéllas serían las protoformas, que tanto entusiasmaban a Goethe.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por darnos a conocer el arte fotográfico
David Porcel
Muchas gracias David por dejar el primer comentario en el blog. Efectivamente, en las fotos de Weston no es difícil adivinar una especie de "panteismo morfológico" en el que todos los seres quedan hermanados.
ResponderEliminarUn saludo
Lo primero, enhorabuena; me ha parecido muy interesante el enfoque "fotosófico" del blog. Tus comentarios me brindan una buena opotunidad para acercarme al mundo de la fotografía que desconozco por completo.
ResponderEliminarAdvertida mi ignorancia quería preguntar si se podría tratar en este caso, de desvelar a través del objetivo un cierto isomorfismo universal.
Una forma de Belleza que estaría presente en los objetos más diversos, algo así como las imágenes arquetípicas de las que habla Jung, formas simbólicas o estéticas que están latentes en el inconsciente colectivo y que al mostrarse despiertan en nosotros una simpatía casi atávica que identificamos como algo bello.
Un saludo
Lo primero de todo felicitarte por el blog. Me parece muy interesante el enfoque "fotosófico" que has propuesto y las relaciones tan sugerentes que señalas entre la filosofía y la fotografía.
ResponderEliminarA pesar de ser una completa ignorante en esta última,me voy a atrever a hacer un comentario.
Parece que E. Weston trata de des-velar a través del objetivo cierta isomorfismo universal que subyace en todo tipo de objetos.
Podría decirse que este isomorfismo es algo así como las imágenes arquetípicas de las que hablaba Jung. Imágenes simbólicas o estéticas que están latentes en el inconsciente colectivo y que al mostrarse despiertan en nosotros una simpatía atávica que identificamos con la belleza.
Un abrazo.
Alba
Hola Alba. Veo que esto se va animando.
ResponderEliminarSi echas un vistazo a algunas de las fotos de Weston creo que hay algo de lo que apuntáis los dos: cierto sentimiento de unidad total de todas las cosas al perder su identidad: las formas convencionales que nos permiten reconocer los objetos se desdibujan para recrear un nuevo "objeto", al que muy difícilmente podemos poner un nombre. Precisamente lo arquetípico desaparece en las fotos de Weston. Estas reflejarían algo así como una especie de ontología marginal dificilmente categorizable.
(perdón por la perorata)
Otro saludo.
En efecto, yo lo que veo aquí es una aproximación al 'protofenómeno' (o fenómeno originario) de Goethe, es decir, la forma primordial de la que todo emana o participa. Todos le debemos algo a ella, aunque no pueda definir nuestra singularidad. Digamos, en términos aristotélicos, que su obra tiende a representar la materia pura, sin esencia, indefinible, pero sin conseguirlo del todo, porque esas formas siguen siendo reconocibles.
ResponderEliminarBueno, resulta que llegue a este blog leyendo cosas tipicas de Edward Weston y me tope çcon algo sorprendente.
ResponderEliminarUna seguidilla de comentarios muy interesantes y productivos para mi. Otra opinion, una personal.
Me encanta leerlos, y sepan disculpar que tome alguno de sus parrafos para mi trabajo actual sobre Weston. (seran citados, claro esta, pero no sera de divulgacion cibernetica sino para un trabajo de la facultad.)
Gracias por contemplar fotografias.