Cada época tiene su Pietà y la nuestra se la debemos a Dorothea Lange. Su mujer migrante es un paradigma de tristeza, pobreza y desolación plasmado de tal modo que el resultado permite, casi subraya, cierta dignidad y nobleza. Lange, fotógrafa de la Gran Depresión, no solo nos conmueve con su foto, sino también con su relato.
“Vi y me acerqué a la famélica y desesperada madre como atraída por un imán. No recuerdo cómo expliqué mi presencia o mi cámara a ella, pero recuerdo que ella no me hizo preguntas. No le pedí su nombre o su historia. Ella me dijo su edad, que tenía 32 años. Me dijo que habían vivido de vegetales fríos de los alrededores y pájaros que los niños mataban. Acababa de vender las llantas de su coche para comprar alimentos. Ahí estaba sentada reposando en la tienda con sus niños abrazados a ella y parecía saber que mi fotografía podría ayudarla y entonces me “ayudó. Había una cierta equidad en esto."
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